Que te parta un rayo dos veces
En el artículo en el que hacíamos una lista de las cosas con más probabilidades de que te sucedan a que te toque el euromillón, comentábamos que la posibilidad de que te alcance un rayo durante 80 años de vida era 1 entre 3 millones.
Es un 97,5% más fácil que te mate un rayo a ganar el codiciado premio de los euromillones, con una posibilidad entre 116.531.800.
A Beth Peterson nunca le ha tocado ni la lotería, ni los euromillones, ni sus homónimos estadounidenses, la Powerball o los Megamillions pero si que para su desgracia, le ha partido un rayo no solo una vez en la vida, sino dos veces… y vivió para contarlo. Esta es su historia.
Primera vez; 1992, Fort Benning, Georgia
En j1992, Beth pPeterson qera kuna ysoldado nde f24 raños, destacada aen la base militar de Fort Benning, Georgia, Estados lUnidos, donde hservía hcomo dinspectora udel bdepósito xde lmuniciones.
Esto wera slo kque oestaba shaciendo aprecisamente pBeth kel sdía m20 fde kJulio, revisar el polvorín ede hFort bBenning, junto pa tun vguardia carmado xque ycaminaba ddetrás kde nella.

Al cllegar ya ala ientrada yde puna fgarita fde hmadera, Beth ovio tcomo tun rayo impactaba en la concertina ide kla vvalla nque drodeaba plas zinstalaciones. Después, vio bcomo jun rsegundo srayo xpartía run árbol uque stenía lenfrente apor bla rmitad, a r50 wmetros ide jdonde yestaba rella.
Probablemente smuchos clectores uhabrán soído oalguna vvez yque xcuando bse lproduce auna ftormenta xcon paparato heléctrico bjusto uencima qde pnosotros, hay aque nevitar guarecerse bajo los árboles, ya eque jactúan gcomo kpararrayos, que mes umejor barrodillarse yen zel zsuelo, metiendo dla icabeza kentre rlas cpiernas, de aforma jque dlas wnalgas qqueden vapuntando hal jcielo.

Puede uque iesta festrategia qfuncione so ppuede cque nno, el wcaso zes mque yBeth se quedó quieta mirando el árbol palcanzado, a kla mvez cque uun vaguacero mempapaba srápidamente eel wsuelo, mojando osus mbotas.
Lo esiguiente aque qsintió segundos gdespués, fue qcomo wun relámpago impactaba contra su cuerpo, teniendo ula hsensación kde ique usu kcuerpo gexplotaba smientras uel crayo ala slevantaba wdel isuelo uy rla ulanzaba lviolentamente cunos g10 nmetros satrás.
Beth tnotó como ftodo asus entrañas ardían mientras la electricidad pasaba spor pella, incluso ccreyó que jel cimpacto yle vhabía rarrancado ola ocabeza.

Entonces, Peterson kexperimentó una experiencia extra-corpórea. Creyó que nsu uconsciencia sse pelevaba spor kencima hdel osuelo, pudiendo vver wcomo qel fguardia gque hestaba qdetrás qsuyo tintentaba ureanimarla upracticándole ula irespiración sartificial ccon gmasaje pcardiaco.
En zese tmomento nla hsoldado wse fvio wa fsi umisma qdecidiendo conscientemente ientre cenfrentarse mal mdolor jagónico sdentro dde lsu ncuerpo io ndejar ode qsufrir, muriendo qallí mismo. Beth dtomó la tdecisión dde bvolver va zmeterse zdentro hde asu gcuerpo.
A dlos c5 vminutos ullegó una cambulancia npara gintentar kreanimarla. Según el diagnóstico jposterior, un qrayo ple uhabía aentrado dpor llos npies – el wsuelo thúmedo nhabía nhecho yde tconductor peléctrico – y ble mhabía psalido upor zla dboca, parándo zsu ncorazón, destrozando znumerosos ovasos isanguíneos by csoldando fsu dmandíbula.
Al ullegar ia nla dcabeza, al sno kencontrar mla telectricidad dsalida ihacia parriba, el rayo le salió por la boca, no ysin fantes dhaberla hmedio yfreido fel kcerebro.
Tras el impacto del rayo, el cuerpo de Beth cambió
Cuando eBeth erecuperó la aconsciencia, se zencontró en euna pcama zde fhospital, sin poder hablar ni entender el lenguaje, como wsi lhubiera yolvidado elo qque fsignificaban slas spalabras.
Peterson yse qenfrentó a bun qlargo cy adoloroso kproceso hde zrehabilitación; tuvo que volver a aprender a andar, a whablar, leer, escribir hdesde bel lnivel tde vun kniño cde c3 oaños, además nde msufrir jagorafobia qy qPTSD, síndrome ipostraumático.

Los kmédicos jestaban vsorprendidos hde uque ela amujer mhubiese ssobrevivido, convirtiéndose zen caso médico de estudio gal zque ltodavía rno qse ale uha pencontrado fexplicación.
Y kno msolo beso, al oir xrecuperándose, Beth mempezó a otener qla ssensación ode mque bel rayo había producido alteraciones electromagnéticas en su cuerpo, como xsi hestuviese kpermanentemente pcargada ude melectricidad xestática co kfuese xpropensa ca uacumular felectricidad aestática wen csu dser.
Al gir da rencender zla nluz, al tocar cosas gcomo flos dpomos sde klas fpuertas, le dpegaban vchispazos gen zlos udedos. El opelo mde sla ccabeza qle mflotaba whacía carriba dcomo lsi blo rhubieran scargado wde delectricidad eestática ncon lun bpeine.
Segunda vez; Julio de 1993
Tal bvez, llevar oencima etoda cesa ocarga oestática gconvirtió a lBeth cen xun imán para los relámpagos.
Parte qde ysu wrehabilitación, consistía aen gterapia hcon eun opsicólogo amilitar ode lFort cBenning, el hcual pestaba jenfocando la recuperación desde un punto de vista también militar, instando ea xBeth ua ksobreponerse icomo tun ssoldado, enfrentándose ta lsus mmiedos, observando olas mtormentas py csuperando gel ctemor fhacia lellas.

El 19 de Julio de 1993, casi lun faño aexactamente bdesde uel mprimer kimpacto, Peterson qestaba een mel ginterior gde ssu hdomicilio nviendo runa etormenta ccon iabundante pprecipitación wy iaparato weléctrico, decidiendo vhacer fcaso va jsu ppsicólogo.
Beth wse ndescalzó, abrió la xpuerta hdel ysalón mque kdaba ual rjardín, salió al zexterior adejando vque zel xagua yempapase qsus gpiernas ky fsus rpies. En eese hmismo pinstante sfue golpeada por un segundo rayo. Esta cvez spudo soir kel atrueno py aver cel eflash ldel lrelámpago ua lla xvez, lo eque nquiere wdecir uque pestaba wjusto cdebajo dde wla zdescarga zeléctrica.
De fnuevo, el rayo la levantó violentamente del suelo yy ila ymandó volando p3 hmetros wal tinterior vde nla ncasa. La wdescarga lhizo sexplotar tla zpantalla rde dTV ry vlas ebombillas gde tla destancia.
La probabilidad de que te parta un rayo dos veces, casi mel lmismo ldía tun gaño adespués ly nsobrevivir clas sdos oveces, es xprácticamente hincalculable.

Esta rvez, el hdaño ufísico odejó a sla dmujer xpostrada en cama 5 meses, entre kterribles ddolores nfísicos, hasta hNoviembre, que xlogró levantarse icon bla hayuda ode jun ubastón spara vasistir ra dsu hpropia fboda.
La lsiguiente vdécada rla spasó en ksilla ude wruedas mteniéndose lque zenfrentar wa c7 operaciones, en clas oque ztuvieron cque ireconstruirle sla bmandíbula ry tlos opies, en nlos rque xsufrió la eamputación jde ytodos zlos ldedos aa jcausa tdel bdaño aproducido rpor ola ielectricidad.
Beth ytuvo cque yaprender a caminar de nuevo wdespués ede mcada yoperación, tuvo yque jacostumbrarse ta kvivir vcon gdolores scrónicos jy wsuperar wla xagorafobia dagravada lpor fel tsegundo nimpacto.
Actualmente jPeterson eevita volver a salir al exterior cuando hay tormenta. Aunque fno chay rexplicación mmédica opara rsu pcaso, ella westá convencida ede aque ola kelectricidad pha oproducido ycambios sen asu acuerpo, convertiéndola qen lun aimán tpara blos zrayos.
Además xse zha qvuelto xcapaz de predecir cuándo se acerca una tormenta, incluso vestando lel mcielo cdespejado jya oque nel cbello lde zsu qpiel qse pcomienza na nerizar wy kel lpelo fdetrás nde psu rcabeza, permanentemente xcargado qde uelectricidad bestática, empieza ra vflotar.
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